
La compañía biofarmacéutica AstraZeneca ha anunciado la puesta en marcha de una nueva unidad de negocio especializada en el área de antibióticos, con el objetivo de desarrollar nuevos medicamentos que den respuesta al incremento de resistencias a los antimicrobianos (RAM).
Para ello, esta unidad gestionará el desarrollo y la comercialización de la cartera de antibióticos y el ‘pipeline’ de pequeñas moléculas de la compañía.
Y es que las resistencias a los antimicrobianos suponen en Europa unas 25.000 muertes por infecciones hospitalarias cada año y unos 900 millones de euros en costes de hospitalización adicionales. Además, a juicio de los expertos, el crecimiento de estas resistencias se está acelerando a una velocidad «alarmante» y su aparición es una consecuencia «inevitable» del uso continuo de antibióticos, ya que las bacterias evolucionan y mutan de manera natural, adquiriendo resistencia a estos medicamentos destinados a eliminarlas.
De hecho, en las últimas décadas, muchas bacterias comunes se han vuelto resistentes a varios antibióticos, debido en parte al abuso o mal uso de estos fármacos.
Así, dentro del arsenal terapéutico de la compañía en esta área destaca ceftarolina fosamil, un antibiótico intravenoso de un nuevo grupo de cefalosporinas, indicado en el tratamiento de pacientes adultos con infecciones complicadas de piel y tejidos blandos (IPTBc) o con neumonía adquirida en la comunidad (NAC).
Se trata de la primera cefalosporina aprobada en monoterapia en Europa con eficacia clínica demostrada frente a ‘Staphylococcus aureus resistente a meticilina’ (SARM), causa frecuente de infecciones de piel graves y difíciles de tratar.
Por otro lado, dentro de esta área, AstraZeneca está desarrollando CAZ-AVI, un antibiótico en fase III para el tratamiento de infecciones graves bacterianas Gram-negativas, entre ellas, infecciones intraabdominales complicadas, infecciones urinarias complicadas y neumonías nosocomiales.
Comentarios recientes