
Ya está en marcha una de las medidas previstas por la directiva de Farmacovigilancia. La Agencia Europea de Medicamentos (EMA) ha activado la Base de datos europea de informes de presuntas reacciones adversas.
Dicha herramienta permite a los ciudadanos europeos obtener información sobre los efectos secundarios sospechosos de todos los medicamentos de la Unión Europea, incluida toda la información que se pueda considerar relevante sobre los medicamentos aprobados por las autoridades nacionales.
En esta base de datos también podrán colaborar los pacientes y los profesionales de la salud. La EMA recuerda que estos informes “son sospechosos, pero no necesariamente establecen efectos secundarios”.
Según el órgano regulador, estas “notificaciones espontáneas” de efectos secundarios sospechosos proporcionan a las autoridades reguladoras información importante que se utiliza para controlar la seguridad de un medicamento.
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