La tasa de participación de la AP en investigación clínica es muy baja

Publicado por en 8 Jul, 2014 en Noticias | Sin comentarios

La tasa de participación de la AP en investigación clínica es muy baja

La atención primaria ha estado históricamente muy poco presente en la investigación clínica. Sin embargo, es un ámbito muy propicio para hacerlo por el alto número de pacientes que pasan por ella, la relación con la persona, que es más cercana en el primer nivel que en el ámbito hospitalario, así como porque ve la enfermedad en estadíos tempranos. Así se puso de manifiesto durante el ‘I Foro de Investigación Clínica en Atención Primaria’, organizado por las tres sociedades de primaria —SEMG, Semfyc y Semergen— en el Hospital Clínico San Carlos de Madrid.

La responsable del Grupo de Trabajo de Investigación de la Sociedad Española de Medicina General y de Familia (SEMG), Pilar Rodríguez Ledo, señaló que entre el 60 y el 65 por ciento del tiempo del médico de AP debería estar dedicado a tareas asistenciales y, el resto, a actividades docentes e investigadoras pero, lamentablemente, la situación actual provoca que la primera de ellas se «hipertrofie» y no deje tiempo para lo demás.

De hecho, desde el año 2000, la cifra de estudios y las publicaciones llevadas a cabo desde AP fueron creciendo paulatinamente para, a partir de 2010, comenzar a bajar nuevamente, especialmente en el año 2012, donde se produjo el descenso más significativo.

En su opinión, se deberán buscar nuevos caminos para potenciar la investigación clínica en el primer nivel asistencial, pero hay dos enemigos claros a la hora de implicar en ella a los profesionales: la falta de curiosidad de algunos y el que crean que no va con ellos.

Además, hay una serie de dificultades que frenan su aumento, como son la importante presión asistencial, la falta de tiempo y no tener los conocimientos metodológicos suficientes. Dificulta un incremento de la investigación también la dispersión de los trabajos de los distintos médicos —elaborados en centros de salud diferentes—, que los profesionales no tengan motivación suficiente, la falta de financiación, que no existan estructuras de apoyo y la escasa tradición investigadora de la medicina de familia. En esta misma línea, las sociedades de AP lamentan el escaso reconocimiento de la capacidad investigadora de la primaria, ya que no figura dentro de los objetivos de gestión en AP, no está valorada adecuadamente en los baremos y no existe carrera profesional que la contemple.

Asimismo, Rodríguez pidió que las entidades financiadoras adapten sus convocatorias a la primaria para que estos investigadores puedan contar con soporte y financiación.

Aunque el 40 por ciento de los centros investigadores recogidos por el proyecto BEST de Farmaindustria son de AP, su tasa de participación en ensayos clínicos es muy baja (ver gráfico), tal y como aseguró Amelia Martín, responsable de la Secretaría de la Plataforma Tecnológica Española de Medicamentos Innovadores de la patronal de laboratorios farmacéuticos. Por comunidades autónomas, Cataluña, la Comunidad Valenciana, Asturias y Castilla y León son en las que la primaria tiene un papel más significativo en la investigación, por el contrario, destaca Madrid cuya participación es muy baja. Sin embargo, en seis de los siete indicadores considerados por Farmaindustria, los tiempos son mejores en los ensayos clínicos en los que participa la primaria: la velocidad de reclutamiento es más alta (3,1 pacientes por mes frente a 2,2), el contrato del primer paciente se consigue antes (46 días en lugar de 55), y el envío del contrato del Comité Ético de Invetigación Clínica (CEIC) se produce en 125 días en lugar de 140, entre otros parámetros.

A su juicio, atender estadíos más precoces de la enfermedad, la larga relación médico-paciente, el que cuente con buenos profesionales, que sus investigadores sean accesibles (por lo que facilitan el seguimiento del ensayo clínico), que sigan patologías muy prevalentes, el número importante de centros y la agilidad en la firma de contratos son puntos fuertes que los laboratorios podrán potenciar fomentando la investigación en AP. «La industria quiere hacer investigación en atención primaria», remachó Martín.

Tanto Rodríguez Ledo como Jesús Vergara, médico en el Centro de Salud de Huércar, incidieron en la necesidad de que no sigan siempre investigando los mismos y se den oportunidades a jóvenes médicos para conseguir un «recambio generacional», ya que «no se puede morir de éxito». En este sentido, Juan Martínez, jefe de Servicio de Medicina Preventiva del Hospital Carlos III, apuntó a que sólo se financia al que ya ha publicado, por lo que hay muchos profesionales «que quieren y no pueden entrar».

Martínez agregó además que investigación y docencia deben ser las dos caras de la misma moneda e «ir de forma pareja», algo que no siempre ocurre así. En esta misma línea, Rodríguez Ledo recalcó la necesidad de que los profesionales de AP estén en la universidad, algo que, en opinión de José Ramón Benegas, del Departamento de Salud Pública y Medicina Preventiva de la Universidad Autónoma de Madrid, se conseguirá si muchos de estos facultativos se acreditan, lo que servirá para presionar para que la medicina de familia tenga un papel más importante en las facultades a través de la creación de departamentos específicos.

Fuente. Almudena Fernández (Gaceta Médica), @AlmudenaFdezGar

 

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