Se trata de un estudio en el que una cepa específica de los ratones, desarrollado en el Novartis Institutes for BioMedical Research (NIBR), se ha enviado a la Estación Espacial Internacional (ISS) el pasado 20 de septiembre Los ratones vivirán en condiciones de microgravedad durante su misión, permitiendo a los científicos para aprender más sobre el desarrollo muscular y la atrofia muscular.
El estudio marca dos hitos: es la primera vez NIBR ha colaborado con el Advancement of Science in Space (CASIS), la organización sin fines de lucro que gestiona el ISS National Laboratory, y es la primera vez que algún mamífero no humano vivirá a bordo la estación espacial. La colaboración surgió cuando CASIS animó a David Glass, un director ejecutivo en el área de investigación de las enfermedades músculo-esquelético en NIBR, a presentar una propuesta. Glass ha sido coautor de un centenar de artículos sobre los mecanismos moleculares de crecimiento muscular y la atrofia muscular.
La atrofia muscular es de especial importancia a dos poblaciones: las personas que pasan tiempo en el espacio, y las personas que son, o van a ser, viejo. Aunque los astronautas ejercicio durante al menos dos horas al día mientras están en el espacio, esto no compensa la pérdida de carga que experimentan sin gravedad: algunos atrofia muscular pone en cuestión de días. La atrofia muscular es más gradual en la tierra, pero todo ser humano experimenta la pérdida de músculo a medida que envejecen. La atrofia muscular también juega un papel deletéreo en un número de enfermedades graves, incluyendo cáncer.
Sam Cadena, director del programa NIBR para la misión espacial y cabeza de laboratorio en grupo musculoesqueléticos de NIBR, explica que la atrofia muscular afecta a algo más que la fuerza. «Los músculos son el espacio de almacenamiento para los aminoácidos, el único reservorio para ellos», dice. «Si se pierde músculo, se pierde la salud.»
Fuente video: www.nibr.com
Una forma de reducir la atrofia muscular es regular hacia una proteína llamada Ring Finger muscular 1 (MuRF-1), que marca las proteínas para la degradación, acelerando así la pérdida de músculo. Glass descubrió esta proteína y su función antes de llegar a Novartis. Los ratones que viajan en el espacio son MuRF-1 knockouts, lo que significa que no expresan MuRF-1. En consecuencia, son resistentes a la pérdida de músculo. Estos ratones resistentes serán divididos en dos grupos: «mousetronauts», que será enviado al espacio y otros que permanecerá en el Centro Espacial Kennedy. También habrá dos grupos de ratones normales, en planta y en altura. «Esperamos que los músculos de las MuRF-1 ratones knock-out pueden atrofiarse mucho menos que los de los ratones de control», dice Cadena.
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