
El Channing Mek tiene 27 años y hace 10 que perdió las dos piernas y un brazo al pisar una mina en Camboya. Con entre 6 y 10 millones de minas terrestres diseminadas indiscriminadamente por el país, han muerto más de 15.000 personas desde el fin de la guerra y muchas otras han quedado mutiladas. El Channeng Mek es uno. Él, sin embargo, gracias al técnico protésico Juan Vélez Segura, del Instituto Desvern de Protésica (IDP), ha tenido la oportunidad de ponerse prótesis.
Vélez, director técnico y cofundador del IDP, tiene la técnica más avanzada de implantación de prótesis de piernas y ya ha implantado más de diez niños y jóvenes afectados por las minas antipersonas en Camboya en colaboración con el ONG Solidaridad, Ayuda y Esperanza Crean Alegría (SAUCE).
Al Channeng Mek le hizo una implantación por primera vez hace siete años. Juan Vélez Segura explica que cuando le dijo que le harían unas piernas no lo creía. «En Estados Unidos y en Inglaterra le habían dicho que no podían hacérselo, y que a pesar de tenerlas debería hacer un gran esfuerzo para caminar. Pero aquí le dijimos que sí «, explica el técnico protésico. «En nuestra empresa todos somos amputados, empezando por mí. Por lo tanto nuestra filosofía es diferente «, añade.
Cuando esperaba que le pusieran las prótesis, el Channeng estaba en casa de una familia de acogida. Vélez recuerda cómo se jugó una comida con ellos que el joven podría caminar al cabo de 15 días. «Perdieron la apuesta», cuenta orgulloso. De eso hace siete años, y las prótesis tienen que ir cambiando, por lo que el Channeng ha vuelto a Barcelona.
Aunque las prótesis que se le han puesto son bastante sencillas, en comparación a las que se ponen en su país son muy avanzadas. «Él allí es un privilegiado», apunta el técnico. El Channeng es bien consciente y por eso recalca: «Lo único que puedo decir es gracias». Mientras habla, no puede evitar emocionarse y Vélez no puede hacer otra cosa que ofrecerle su pañuelo para que se seque las lágrimas.
Desde que le pusieron prótesis ortopédicas por primera vez, la autoestima del joven camboyano ha mejorado mucho, dice Vélez: «No es lo mismo mirar a la gente desde abajo sentado en una silla de ruedas que levantarse y mirarla a los ojos «. Siempre que ponen prótesis a alguien les hacen mirar hacia el suelo y les preguntan qué ven. Zapatos. «Esto los hace sentir muy llenos», añade.
El Channeng Mek vuelve con unas prótesis. Pero en Camboya se siguen registrando 3 accidentes por semana, que se suman a las 65.000 personas afectadas desde 1979.
Fuente: Ara.cat
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