La empresa más grande de Corea del Sur está inyectando al menos US$2.000 millones para la producción de fármacos de origen biotecnológico, incluido el segmento cada vez más importante de los biosimilares.
Samsung, con ingresos anuales por valor de US$327.000 millones, se propone convertirse en una fuerza importante en la biotecnología, un sector que según las previsiones generará ventas por más de US$220.000 millones en cinco años.
Los medicamentos biosimilares constituyen el núcleo de esos planes. Samsung proyecta vender su primera versión biosimilar de la terapia contra la artritis Enbrel de Amgen Inc. en 2016 en Europa y una versión del tratamiento Remicade de Johnson Johnson para las enfermedades autoinmunes en 2017, según Christopher Hansung Ko, máximo responsable ejecutivo de la unidad Samsung Bioepis.
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